Es cierto! Pero es que los animales
en general no “eligen” conscientemente una u otra conducta, es decir, no
se marcan un objetivo en su mente al que intentarían llegar por tal o
cual medio requerido. Muy al contrario actúan de manera conforme a su
naturaleza individual o a la de su especie. De esta forma, un toro que
acomete, que ve en cualquier intruso un adversario que debe expulsar y
que ataca a un hombre “que no le ha hecho nada malo”, no actúa por
“elección“ o por voluntad consciente y clara, sino que su comportamiento
obedece a su naturaleza, a su carácter, a la “bravura” que está en él. Sin lugar a dudas, el toro no quiere luchar, pero no es que sea
contrario a su naturaleza el luchar, sino porque
lo que es contrario a su naturaleza es el querer.
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