"El que quiera ver los toros que los vea,
el que no que se vaya"
Podría decirse lo mismo de la pedofilia: el que quiera hacerlo que lo haga, los
otros, que hagan vista gorda y sigan su vida. Las temporadas taurinas, las
escuelas y las ganaderías se financian con dineros públicos a través de
donaciones, exenciones de pago de tasas, subsidios. Un porcentaje importante de
personas que están contra las corridas de toros (68.8% de los españoles) no querrían que sus dineros fueran a
dar al fomento de esta cruel tradición. Es fácil vivir la vida no mirando lo
feo que ésta tiene. El regocijo en la tortura y la muerte de un animal son
símbolos inequívocos de cierta decadencia -al estilo de la Roma del pan y el
circo-. Habemos quienes no podemos mirar hacia el lado cuando un animal
sufre, y no tenemos reparo en reclamar frente a esto, tenga la tortura forma de
torero, matarife, maltratador, vendedor de mascotas o empresario de
entretenciones que exploten animales...
Por: Rincon
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